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¿Qué es el parénquima pulmonar?
El parénquima pulmonar es el tejido funcional del pulmón, es decir, el que se encarga de realizar la respiración. Está formado por un sistema de conducción de aire y un sistema de intercambio gaseoso. El sistema de conducción de aire está compuesto por los bronquios y los bronquiolos, que son los tubos que llevan el aire desde la nariz hasta los alvéolos. El sistema de intercambio gaseoso está compuesto por los alvéolos, que son unos sacos diminutos donde se produce la difusión de oxÃgeno y dióxido de carbono entre el aire y la sangre.
El parénquima pulmonar tiene una estructura compleja y delicada, que le permite adaptarse a los cambios de presión y volumen que ocurren durante la respiración. Está rodeado por una membrana llamada pleura, que lo protege y lo mantiene en contacto con la caja torácica. El parénquima pulmonar también está formado por fibras elásticas y de colágeno, que le dan sostén y elasticidad, y por músculo liso, que regula el diámetro de los bronquios y bronquiolos.
Enfermedades del parénquima pulmonar
El parénquima pulmonar puede sufrir diversas enfermedades que afectan su función respiratoria. Algunas de las más comunes son:
Enfermedades infecciosas: son aquellas causadas por microorganismos como bacterias, virus, hongos o parásitos, que invaden el tejido pulmonar y provocan inflamación, secreción y daño celular. Algunos ejemplos son la neumonÃa, la tuberculosis, la gripe o el COVID-19.
Enfermedades tumorales: son aquellas causadas por el crecimiento anormal de células en el tejido pulmonar, que pueden ser benignas o malignas. Algunos ejemplos son el cáncer de pulmón, el mesotelioma o los adenomas.
Enfermedades restrictivas: son aquellas que disminuyen la capacidad del parénquima pulmonar para expandirse y contraerse durante la respiración, debido a una alteración en su estructura o en su entorno. Algunos ejemplos son la fibrosis pulmonar, el asbestosis o la esclerosis sistémica.
Enfermedades obstructivas: son aquellas que dificultan el paso del aire a través del sistema de conducción, debido a una obstrucción o a una contracción de los bronquios o bronquiolos. Algunos ejemplos son el asma, la bronquitis crónica o el enfisema.
Las enfermedades del parénquima pulmonar pueden provocar sÃntomas como tos, expectoración, dificultad para respirar, dolor torácico, fiebre o pérdida de peso. El diagnóstico se basa en la historia clÃnica, la exploración fÃsica, las pruebas de imagen como la radiografÃa o la tomografÃa computarizada y las pruebas de función pulmonar como la espirometrÃa o la gasometrÃa arterial. El tratamiento depende del tipo y la gravedad de la enfermedad, pero puede incluir medicamentos, oxigenoterapia, fisioterapia respiratoria o cirugÃa.
Prevención del parénquima pulmonar
Para prevenir las enfermedades del parénquima pulmonar es importante mantener unos hábitos saludables que favorezcan la salud respiratoria. Algunas medidas preventivas son:
Evitar el tabaco: el humo del tabaco es uno de los 51271b25bf